Lester Beall y la nueva identidad americana estadounidense
El modernismo americano estadounidense de Beall
Lester Beall nació en un Estados Unidos que se hallaba en la cúspide de una amplia revolución social a principios del siglo XX. Era una época ligada aún a los valores y a un ritmo más lento de vida de finales del siglo XIX, en la que solo una minoría adinerada de las grandes ciudades podía permitirse o tener acceso a comodidades como la electricidad y el agua potable, que mucha gente en Europa ya daban por sentado. Con su extenso territorio y su población fragmentada, los Estados Unidos se había quedado rezagado en comparación con el resto del mundo occidental, sobre todo en las zonas rurales, y muchos de sus habitantes preferían los ideales de autosuficiencia, un gobierno reducido y aislacionismo hacia la modernidad y el progreso social. Beall estaba muy familiarizado con estas realidades de la vida rural; cuando era joven había veraneado en la granja de su familia en el centro del país. Cuando cumplió la edad de 20 años, la Gran Depresión puso de manifiesto las disparidades económicas y culturales entre estas dos versiones tan diferentes de este país americano.
La mayoría del arte estadounidense se basaba en populares estilos narrativos y representativos que eran populares entre el público de los Estados Unidos, en lugar de incorporar elementos del vanguardismo que entonces estaba en auge en Europa. En cuanto al diseño de afiches, el público estadounidense tenía una mentalidad mucho más literal y no respondía bien a la abstracción ni otros principios del modernismo. Como resultado, la mayoría del diseño de afiches a principios del siglo XX era basado en ilustraciones y mesurado, para reflejar una sensibilidad sutil y anticuada.
En la universidad, Beall se había inspirado en el nuevo arte que estaba llegando de Europa, a menudo intentando copiar la obra de Aubrey Beardsley y otras personas de renombre en la ilustración. Sin embargo, estos estilos no se adaptaban a su talento. Empezó a recibir números del anuario del Club de Directores de Arte de Nueva York y a construir su propia biblioteca de libros de arte y revistas de segunda mano. Gracias a estas publicaciones, conoció un nuevo mundo de posibilidades del diseño, como el fotomontaje soviético, el sistema de retículas suizo y la diagramación alemana.
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Consciente de que la población estadounidense desconfiaba en general del modernismo excesivamente intelectual y visualmente obtuso europeo, Beall tradujo y avanzó hábilmente estos conceptos artísticos para crear un nuevo tipo de arte americano estadounidense, uno que destilara la esencia de diversos movimientos vanguardistas, junto con una comunicación clara y una sensibilidad comercial.
Tras obtener su licenciatura en Historia del Arte del Instituto de Arte de Chicago en 1926, Beall abrió su propio estudio en el barrio South Side de Chicago, dándose cuenta de que la única forma de ganarse la vida como artista en los Estados Unidos era como ilustrador comercial. Sin interés por trabajar como asalariado para una agencia más grande, creó cientos de ilustraciones al azar, con la esperanza de que alguna empresa comprara alguno de sus diseños. A finales de los 1930, su estilo único de modernismo estadounidense cambiaría la forma en que el gobierno de este país se comunicaba con su diversa población, anticipándose a la gigantesca industria del diseño corporativo y branding de los EE. UU. a mediados de siglo.
Esta exposición no sería posible sin la generosa contribución de Mark and Maura Resnick y Michael Kleeman.
Esta exposición es posible, en parte, gracias a los fondos públicos del New York State Council on the Arts (NYSCA) y del Departamento de Asuntos Culturales de la ciudad de Nueva York, en colaboración con el Concejo Municipal.